La lengua entre azote y enlace
María Leonor Solimano
Cuando Blanca Sánchez me llamó para invitarme a escribir la editorial de este número 22 de Enlaces me dijo que Carlos Alonso la ilustraba y que era un número especial por los cuarenta años del golpe.
En el momento en que abrí la revista, revisé sus artículos y miré su índice cuidadosamente. Me dirigí a Coyunturas y comencé a leerla.
En el primer texto Ernesto Snajer cuenta que la música fue el refugio de resguardo ante el recuerdo asfixiante de los tristes días de hace cuarenta años.
El doble que emerge de las sombras es el que le dicta a Guillermo Saccomanno desde el 76 lo que no puede olvidarse.
Sandra Szir recuerda a su padre con las marcas de la tortura, para ella su ausencia es tristeza y furia.
Laura Galarza sigue escuchando, a veces despierta y a veces en sueños, unos gritos de una mujer a la que le llevaban a su hijo.
¿Qué recuerdo yo? Las sirenas; y aún hoy cuando escucho una sirena siento que se me eriza la piel. Las requisas; estabas tomando un café y todo se detenía, entraba la policía y pedían documentos mesa por mesa. Los Comunicados de las Juntas anticipados con marchas militares. Marcas invisibles pero que duelen.
Eran tiempos marcados por la desmesura, según el relato de Mariela Rodríguez Reich.
Las palabras que toma Analía Domínguez Neira del propio Alonso: “el pintor pone al descubierto las zonas que la sociedad se ha obstinado en disimular”. Así, con Las manos anónimas 1 y 2, dedicadas a Paloma, su hija desaparecida, trasluce su dolor.
Pero al hojear Enlaces de pronto en “Literatura” aparece el 400 aniversario del Quijote, esta invención literaria que pone en escena el acto de la lectura y de la ficción como realidad.
¿Cuál es la coyuntura de este número entonces? 40 años del golpe y 400 del Quijote.
En Don Quijote se en-traman los decires como lo volverá a hacer Joyce varios siglos después en el Ulises, dice Silvia Hopenhayn en una entrevista que le hace Ivana Bristiel. Cervantes hace uso de la lengua en tanto azote y enlace.
¿No es acaso nuestra lengua entramada la que nos golpea fuerte no dejándonos olvidar…?
¿Ó es gracias a ella que hacemos lazo?
Leemos acerca del deseo y el goce en la histeria en el “Trío de melodrama” de Jacques-Alain Miller. Impecable el recorrido de Mónica Torres a través de los goces y tormentos en la obsesión.
Samuel Basz afirma que el acontecimiento de cuerpo funda la dimensión de lo no interpretable porque pertenece al inconsciente real.
La época nos atrapa en sus redes. Mónica Torres se pregunta si los aparatitos condensadores de goce impiden el contacto con el otro. Aníbal Leserre arma un nuevo sintagma al que llama pausa presencial, que genera una lógica diferente de estar juntos.
Graciela Musachi augura la llegada de otros tiempos… ¡cuando nos hartemos de los gadgets! Ana Ruth Najles se pregunta si es lo mismo escribir que hablar y nos recuerda lo que decía Lacan que, a menos que uno hable con un psicoanalista, no dialoga con nadie.
En el “Malestar en la civilización”, Eric Laurent nos dice que el fantasma en su estofa más profunda viene a designar la manera en que el sujeto encuentra un remedio para la culpa de existir.
Y continúo leyendo…
El lector hace lazo. Enlaces 22 da prueba de ello con la riqueza de sus textos que no podemos dejar de leer.