Jacques-Alain-Miller - Eric Laurent - Ricardo Forster -Mónica Torres - Osvaldo Quiroga - Ernesto Sinatra - Jorge Dubatti - Marisa Morao
LA EXPERIENCIA DE LO ÉXTIMO | EL PASE DEL SER HABLANTE | ENTREVISTAS: JUAN CARLOS DISTÉFANO Y ION VIANU | LA GENEROSIDAD Y SU REVERSO | UNIONES DEL MISMO SEXO | BICENTENARIO: POLÍTICA Y REPRESENTACIÓN
La fidelidad a un discurso
Elsa Maluenda
Participar del proceso de hacer una revista como Enlaces, es una gran alegría, es la puesta en acto, cada vez, de ese deseo nunca en reposo que cada uno de los integrantes del staff sostiene con su singularidad. Hoy me toca la responsabilidad de abrir este número, el N°16 de una serie iniciada en 1999, y digo responsabilidad porque el editorial tiene entre otras funciones –creo–, la de atraer a los lectores indecisos, a los remolones, a los que no nos conocen y también a los que nos siguen desde el comienzo. Para ello, se suele optar por armar una especie de visita guiada, proponiendo uno de los múltiples recorridos posibles, extrayendo algunas citas, destacando algún artículo, trazando un mapa que sirva de orientación para recorrer estas páginas. Páginas que siempre nos quedan cortas y que una y otra vez tratamos de renovar, no sólo con la calidad de los textos publicados sino con el cuidado diseño de sus tapas e interiores.
Enlaces es una revista en permanente construcción, una revista que nos sorprende cada vez y que esperamos sorprenda a cada lector. Dije mapa y ahora pienso más bien en un menú del que cada quien se sirva a su gusto, armando su propio camino de lectura. Un menú con platos fuertes claro, con exóticos manjares y también con aperitivos y delicias sutiles, para paladares exquisitos.
Bastará entonces con acercarles a ustedes, lectores amigos, algunos indicios de lo que por sí mismos tendrán que descubrir. Empezaré por las secciones más conceptuales dónde encontramos que J.-A. Miller escribe: “…el psicoanálisis no es el triunfo de la ficción. La ficción allí es más bien puesta a prueba en su impotencia en resolver la opacidad de lo real”; que Eric Laurent afirma: “Lacan analizante es ése que supo soñar más lejos que Freud y afrontar lo insoportable de la cuestión femenina para un hombre…” y que Mónica Torres en su comentario de la parábola del hijo pródigo concluye: “…un padre o un líder tan bueno como injusto, sólo engendrará mezquindad, salvo que pueda hacer una erótica de la dignidad de la diferencia y una exhortación al trabajo desde la legitimidad de su causa”.
Si observamos la estructura del sumario apreciaremos que –fieles a la premisa de Lacan de aplicar el arte al psicoanálisis para dejarnos enseñar por los creadores de diversas disciplinas–, continuamos con las secciones dedicadas al cine, el teatro, la literatura, y estrenamos una sección dedicada a la música. Ésta no es la única novedad porque también inauguramos un espacio dedicado a las ficciones jurídicas. En cuanto a las artes visuales éste es un número especial que dedicamos –como ya es costumbre– a un artista plástico argentino. En esta oportunidad, al maestro Juan Carlos Distéfano, un creador y un hombre comprometido con su tiempo.
Pero, no es esto lo único que lo hace especial, lo es también porque es el año del Bicentenario de Argentina y de México y estos acontecimientos tienen su lugar en la revista. Por si fuera poco y si de acontecimientos hablamos, este año se legalizaron las uniones del mismo sexo en nuestro país y aún no se han acallado las encendidas voces que lo celebran y menos aún las que lo condenan; al respecto Ernesto Sinatra dice: “…la elección del sexo está determinada por condiciones precisas de satisfacción infantil, tanto como por identificaciones múltiples –de las que es imposible anticipar su orientación–, y esto ocurre más allá de la determinación natural orgánica”.
Espero con este rápido paneo entusiasmarlos tanto como me entusiasmó a mí hace 11 años encontrar el primer número de Enlaces. Ese que compré atraída por su tapa, por esa foto en blanco y negro de Spencer Tracy y Katharine Hepburn mirándose desafiantes. Desde ese día Enlaces ha recorrido un largo camino y yo con ella. “Ella está tan linda, ella es tan linda” que se le podría cantar una canción de amor, “una canción de amor al síntoma”, al síntoma en singular, al síntoma con “th”, ese que está del lado del saber hacer. Queridos lectores, la mesa está servida.